En ocasiones, el resultado obtenido al enviar un archivo a imprimir no es el deseado y requiere repetir todo el proceso desde el principio, e, incluso, tener que hacerlo varias veces, llegando a ser bastante frustrante por la pérdida de tiempo y recursos.
Es posible evitar los fallos de impresión si se conocen cuáles son los más frecuentes.
Tipografías y resolución
Un error común de impresión lo ocasionan las tipografías elegidas al crear un texto.
Las tipografías son los diferentes tipos de letras o estilos que pueden elegirse al escribir un texto o hacer un diseño.
En ocasiones, se eligen tipografías que el dispositivo desde el que se envía a imprimir no tiene cargadas. En este caso, el sistema utilizará una tipografía diferente para la impresión, no obteniéndose el resultado deseado.
Existen programas de diseño y edición que avisan de que faltan fuentes. No obstante, cuando se usan programas que no avisen, la mejor solución es utilizar tipos previamente instalados.
Otro error común es emplear imágenes sin la resolución adecuada, obteniendo una impresión de mala calidad de las imágenes. Para evitarlo, es necesario conocer los puntos por pulgada (PPP) que tiene cada imagen a imprimir. Generalmente, a mayores puntos por pulgada, mejor calidad.
Lo recomendable es imprimir imágenes con una resolución igual o superior a los 300 PPP.
Las imágenes de baja resolución como las que se descargan desde la web, deben imprimirse con tamaño pequeño. De lo contrario, se pixelarán y perderán calidad.
Ortografía y sangrado
Las faltas de ortografía y la omisión de palabras en la redacción de textos nos obligan frecuentemente a repetir, incluso varias veces, el proceso de impresión. La prisa es el principal factor que nos induce a cometer estos errores, y en menor medida, el desconocimiento de algunas reglas ortográficas.
El corrector ortográfico es un gran aliado para evitar impresiones innecesarias.
Otro fallo frecuente lo ocasiona el sangrado o sangría en archivos que van ser cortados y encuadernados: la guillotina con la que se cortan los bordes del papel hacen el corte por donde marque el sangrado.
Aunque las guillotinas son cada vez más precisas, puede ocurrir que el papel se mueva dentro de la máquina y el corte se desvíe en 1 o 2 milímetros tanto para adentro como para afuera. En ambos casos, requerirá volver a repetir el proceso de impresión: si el corte se desplaza al exterior, el documento contendrá un borde blanco alrededor; en el caso contrario, puede cortarse parte del texto o imagen.
Para evitar estos errores, debe añadirse un sangrado o un espacio extra de 5 milímetros alrededor del área de trabajo y crear un margen o zona de seguridad de, al menos, 5 milímetros por todos los lados y evitar colocar imágenes o textos fuera de dicho margen.
Para documentos como catálogos o libros, es necesario añadir un margen superior debido a la encuadernación.
Finalmente, y no por ello menos importante, debe revisarse que todo haya quedado bien ajustado, maquetado y distribuido.
Siguiendo estas recomendaciones pueden minimizarse algunos de los principales errores de impresión que suelen cometerse tanto en impresoras domésticas y de oficina, como en impresoras offset o digitales.